....Sueño con una lluvia que cae lentamente, tan lentamente que no la veo caer, sino permanecer suspendida en el aire cálido y duro. Es una lluvia de gotas pequeñas y brillantes, tan pequeñas y tan brillantes que no sé si son gotas de lluvia o pequeños puntos de oro incrustados en el aire, a distancias irregulares unos de otros. Tampoco sé si lo que hay entre unos y otros es aire; parece algo más denso y más pesado. Me muevo en este nuevo aire punteado y encuentro zonas donde la concentración de puntos, por ser mayor, forma vetas brillantes en el aire denso, y entiendo que son las ráfagas del viento nuevo. En este aire espeso y cristalino mis movimientos son más lentos pero más precisos; mi cuerpo es más firme y más pesado, y busca algo. Es esta lluvia inmóvil que puntea el aire y multiplica reflejos la que no me deja encontrar aquello que busco, sea lo que fuere. Sé qué busco aún sin saberlo; no lo recuerdo pero sé que al encontrarlo lo recordaré. Es mi cuerpo con su nuevo peso, también él punteado por la lluvia metálica y cálida, quien recuerda qué busco, y quien lo encontrará. Pero mi mente sólo ve una marcha errática y punteada en un aire cálido y lluvioso.
....Algo encuentro en mi sueño, pero no puedo soñarlo. Es algo que sólo puede entrar en mi sueño rompiendo este aire de cristal líquido y gotas de oro. La lluvia tiembla, derramada en mil frágiles puestos de gotas brillantes. ¿O es mi cuerpo quien tiembla, temiendo derramarse? La lluvia está en mis venas y como lunas crecientes los puntos de oro buscan más cielo. Es mi cuerpo quien tiembla en lunas de azúcar y hiel; él es este maremoto viscoso de jugo de fruta y sangre de arena, este temblor de tierra nueva y abierta a la siembra de estrellas marinas.
....Cuando me despierto mi cama es un mar de pimpollos violetas, y yo estoy cansada como si no hubiera dormido.
....Algo encuentro en mi sueño, pero no puedo soñarlo. Es algo que sólo puede entrar en mi sueño rompiendo este aire de cristal líquido y gotas de oro. La lluvia tiembla, derramada en mil frágiles puestos de gotas brillantes. ¿O es mi cuerpo quien tiembla, temiendo derramarse? La lluvia está en mis venas y como lunas crecientes los puntos de oro buscan más cielo. Es mi cuerpo quien tiembla en lunas de azúcar y hiel; él es este maremoto viscoso de jugo de fruta y sangre de arena, este temblor de tierra nueva y abierta a la siembra de estrellas marinas.
....Cuando me despierto mi cama es un mar de pimpollos violetas, y yo estoy cansada como si no hubiera dormido.
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